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Aula de Trasobares

EL NUEVO DECRETO DE ADMISIÓN DE ALUMNOS O EL MAZAZO DE LAS RATIOS

EL NUEVO DECRETO DE ADMISIÓN DE ALUMNOS O EL MAZAZO DE LAS RATIOS

Una de las cuestiones de la LOE que más hemos criticado ha sido el no haber reducido la ratio que la LOGSE estableció 15 años atrás: 25 alumnos en Infantil, 30 en Secundaria y 35 en Bachillerato.

Mucho ha llovido en estos 15 años. Nunca los alumnos de un grupo fueron homogéneos, pero nunca como ahora fueron tan heterogéneos. La diversidad se ha incrementado con el fenómeno de la inmigración hasta límites insospechados. El profesor ha de atender en el mismo espacio y tiempo desde alumnos muy avanzados o con buen ritmo de aprendizaje pasando por alumnos de integración con minusvalías físicas, psíquicas o sensoriales, alumnos con gran retraso académico por su incorporación tardía y hasta alumnos que ni siquiera conocen el idioma. Por no hablar de diferentes grados de interés, actitud, personalidad, comportamiento, situación social y familiar, etc.

La atención a la diversidad es hoy, el gran reto educativo. Por eso, por esa necesidad de atender a tantos requerimientos distintos, el profesorado pide una reducción del número de alumnos que ha de atender. Para no estar sometido a tanta presión de querer y no poder dedicar a todos la atención individualizada que precisan.

Para poder mejorar la calidad de la atención que les presta.

Lo decepcionante es que a los Padres de la Patria y a la Administración Educativa, este indicador de calidad, en tiempos que tanto nos comparamos con Europa y tanto se habla de fracaso, les sea ajeno.

Lo sorprendente es que estén dispuestos a inversiones astronómicas por la gratuidad de libros de texto o la introducción de cuadernos digitales, mientras la inversión en infraestructuras que está detrás de esta resistencia les parezca inasumible.

Lo cínico es que presenten en la estadística una realidad desdibujada al mezclar el hinchado ámbito urbano con el escuálido ámbito rural.

Lo que no convence a nadie, es que es una cuestión de ordenación de escolarización y no de agrupamiento de aula por cuanto hay apoyos y desdobles suficientes.

Lo frustrante es que en la reivindicación de esta necesidad, nadie nos acompañe al profesorado.

Lo indignante es que estas ratios que, en tiempos de transferencias e ilusiones y en aras a mejorar la calidad del sistema educativo aragonés, se rebajaron, se vuelvan a subir ahora, por ley, en el nuevo Decreto de Admisión de Alumnos en los centros docentes públicos y privados concertados de la Comunidad Autónoma de Aragón. 

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